Le contaba el otro día a Jose que uno de mis memes favoritos es el de las langostas del Titanic, que te explica que todo en la vida es cuestión de perspectiva. Viene a decir que, aunque lo del Titanic fue una tragedia descomunal para quienes iban en el transatlántico, para las langostas que iban en las peceras y cuyo destino era morir siendo cocinadas aquello pudo ser sin duda «un auténtico milagro».
Como no teníamos mucho que hacer ese día y somos muy dado a las gansadas comenzamos a preguntarnos si el meme podría ser real. ¿Había realmente langostas en el Titanic? ¿Irían dentro de un tanque de agua como las vemos algunas veces en los restaurantes? ¿Podrían haber sobrevivido?
Hoy me aburría y me vino a la mente este tema digno de investigación absurda, así que teniendo el móvil a mano me puse a ello. No tuve que ir muy lejos: un vídeo de Life Biggest Questions (literalmente: Las Grandes Cuestiones de la Vida) hacía la misma pregunta hace tiempo y había publicado una investigación convenientemente dramatizada con datos de todo tipo. Entre otras cosas, destaca que:
Es un hecho cierto que la noche del 12 de abril en el Titanic había langosta para la cena, como se sabe por un menú que alguien guardó como souvenir.
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Una de las formas típicas de cocinar las langostas es «vivas», de modo que se transportan en tanques con agua para que estén frescas hasta que se echan a las ollas.