El negocio de las prótesis mamarias, no es nuevo. Hay varias empresas allá afuera que se dedican a vender modelos a precios tan elevados que se alejan de poder costeables por la mayoría de mujeres que se han sometido a una mastectomía, como resultado de un cáncer de seno. Allí, Erick Muñoz vio una oportunidad: crear no solo una pieza pensada con las particularidades de cada paciente, sino hacerlo a un precio accesible.
Erick es estudiante de ingeniería química del Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías de la Universidad de Guadalajara, y con dicha idea en su cabeza, fundó el Proyecto Cali, una iniciativa que tiene como objetivo encontrar el diseño ideal para la impresión 3D de las prótesis.
300 voluntarias formaron parte de las pruebas piloto, a las que se les presentó una prótesis genérica para observar la reacción de las pacientes y encontrar nichos de oportunidad, que a su vez, resultaran en un producto viable para fundar la empresa. Posteriormente se comenzaron a probar prótesis personalizadas para cinco pacientes, diseñadas específicamente para ellas por las características especiales de cada una de las mastectomías.
Las pruebas que se realizan desde hace un año, y en las que ha intervenido presupuesto del Conacyt, han arrojado como resultado que un material conocido como poliuretano termoplástico es el ideal para el trabajo: no solo es muy maleable, sino que puede fundirse para crear nuevas piezas.
5 años de durabilidad y menos de 4,500 pesos por prótesis
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