Existen todo género de herramientas de programación en este mundo del cómputo personal. En Windows es donde quizás hemos visto las mejores aplicaciones en este sentido. Las herramientas visuales son francamente excepcionales y hay que ser objetivos: Linux aún no cuenta con herramientas de un poder parecido. Sin embargo, no todo parecía estar perdido cuando Borland (ya desaparecida como empresa), creadora de Delphi, C++Builder y Jbuilder, decidió hacer una versión llamada Kylix (Delphi para Linux), el cual pretendía incorporar esta estupenda herramienta en el mundo Linux. Desafortunadamente la versión 3 de Kylix es menos poderosa que incluso Delphi 3 para Windows y después de esto no se trabajó más en Kylix. De hecho, fue abandonado a su suerte. Las mejores herramientas de programación tienen sentido sólo si existen programadores que puedan sacar jugo de las mismas. Para eso se necesita entrenar y capacitar a las siguientes generaciones que finalmente, son quienes seguirán escribiendo los programas que en el futuro se necesiten. Y es claro algo: hay que capacitar en la ciencia de la computación y no meramente en la herramienta de programación de moda. Lo importante es que los principios fundamentales de la programación (comunes a todos los lenguajes), se conozcan y se difundan. Así, cuando el programador necesite aplicarse en algún lenguaje particular, aunque le parezca desconocido, a la larga notará estos elementos comunes y en un par de semanas podrá escribir todo género de aplicaciones. Curiosamente, ciertos lenguajes de programación han pasado desapercibidos hoy día. Tenemos a Prolog, …