Hacía tiempo que tenía ganas de probar un lector de libros electrónicos y por fin he podido hacerlo con el Forma. Es un dispositivo de 60×177,7×8,5 milímetros (aunque en su parte más delgada el grosor es de sólo 4,2) y 197 gramos de peso con una pantalla de tinta electrónica Carta de 8 pulgadas con una resolución de 1.440×1.920 que equivale a 300 puntos por pulgada.
Pantallazo
Es, si no me equivoco, el lector de libros electrónicos más grande que haya usado nunca. Y si bien yo los prefiero más pequeños he de reconocer que para leer archivos en PDF o cómics la enorme pantalla del Forma es una enorme ventaja. Además a pesar de su tamaño pesa poco, y es fácil de sostener con una sola mano, en especial gracias al hecho de que la zona de la botonera es más gruesa que el resto y hace algo de curva, con lo que se adapta bien a la mano.
La pantalla es táctil, lo que la convierte en el interfaz primario de manejo del lector, aunque incorpora dos botones físicos –un pelín demasiado separados y un poco duros de oído en mi opinión– para pasar y retroceder página para los tiquismiquis que preferimos no tener que andar moviendo el dedo a la pantalla para tocarla para cambiar de página. Se puede configurar cual de los dos pasa página y cual la retrocede. Y además el Forma tiene un sensor de orientación que hace que lo cojas como lo cojas, …