Los test de rendimiento son una opción popular entre el público geek para elegir un nuevo dispositivo, y muchos sitios de Internet los utilizan como referencia para comparar el rendimiento de diferentes equipos, sin embargo, hay un resultado que se repite constantemente, y es el de iPhone ganando en puntaje a cualquier Android.
El caso más reciente es el de la prueba del próximo Galaxy S10, el cual obtuvo resultados por debajo en comparación del iPhone X, un teléfono presentado en 2017. ¿Cómo consiguió el iPhone X superar a un Galaxy S10 con 6GB de RAM y un procesador de 7 nanómetros que acaba de ser presentado hace poco?

Bueno, considerando que los resultados del benchmark son reales (que no lo sabemos, pues incluso puede ser un modelo de prueba), la respuesta es muy sencilla, Apple tiene total control del software y hardware, mientras que ningún Android tiene total control sobre ambos elementos, ni siquiera los Google Pixel.
Qué quiero decir, la ventaja que tiene Apple sobre cualquier competidor actual es que ellos son los encargados del desarrollo de su sistema operativo, y así mismo desarrollan su propio procesador, por lo que está más que claro que esta combinación permite que el iPhone tenga un rendimiento superior a muchos Android, incluso tratándose de iPhone más viejos.

En el caso de Android, los fabricantes si pueden optimizar su software para que funcione mejor con sus procesadores, ahí está el caso de Huawei o Samsung, pero la realidad es que para lograr resultados como …