Los sudores nocturnos no siempre tienen que ver con el calor. En realidad, podrían ser señales silenciosas de que el estrés y la ansiedad están alterando el equilibrio de tu cuerpo. Este artículo revela las causas ocultas, los mecanismos fisiológicos implicados y las mejores estrategias para prevenirlo. ¿Dormís bien o solo lo creés?