Puede que para muchos aficionados al mundo de los videojuegos la saga Diablo sea anacrónica y fuera de lugar. Pese a los años que han trascurrido ha sabido envejecer bien y su magnetismo permanece intacto. Su fantasía, divertida propuesta y profundidad de elementos le convierten en un título imprescindibles para los amantes del género.
Y eso que no ha pasado tanto tiempo desde que «Diablo III» y las expansiones «Reaper of Souls» y «El Despertar del Nigromante» aparecieran; pero ahora se ha empaquetado en forma de colección, «Diablo Collection», que engloba todo el material lanzado desde su lanzamiento oficial en 2012. Es decir, es la edición completa. Su adaptación a la consola Switch de Nintendo luce tremendamente bien, ofreciendo los controles con un único mando Joy-Con.
Es cierto que no requiere demasiada potencia gráfica. Pero su aterrizaje a esta plataforma híbrida resulta embriagadora. Es una propuesta interesante, atractiva y seductora. Este título incluye siete clases de personajes, cinco largos actos repletos de historias y actividades, así como temporadas enteras para masacrar demonios, los principales enemigos que discurren por el mundo de fantasía que se plasma en este videojuego de rol (RPG, como se conoce por sus siglas en inglés) repleto de acción.
Peca eso sí de un problema coyuntural; es posible que los seguidores de la serie no le encuentran motivación alguna para adentrarse de nuevo a su mundo, aunque al contener un apartado online puede ofrecer nuevas experiencias para rejugarlo. Aquellos que todavía no lo conozcan se quedarán …