Dado que el SARS-CoV-2 tiene similitudes notables con otros virus que producen influenza, la farmacéutica Pfizer no descarta que en un futuro sean necesarias aplicaciones anuales.
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La declaración proviene desde un ejecutivo de Pfizer que admitió que se está analizando la posibilidad de una tercera dosis contra COVID-19. "Es probable" que se necesita otra aplicación a un año de distancia de aplicadas las primeras dos, reconoció **Albert Bourla, director de Pfizer.

El escenario más probable hasta ahora es que una tercera dosis se necesita en algún punto entre seis y 12 meses después de las primeras dos, y eventualmente se consolide un esquema de vacunación anual, según Bourla.

El punto crítico está en las variantes del SARS-CoV-2, exactamente la misma razón por la cual se necesitan de aplicaciones anuales en el caso de la influenza. Al tratarse de un virus que muta con rapidez, las dosis anuales son vitales para estar al tanto con las nuevas variantes que circulan de la influenza. El proceso es uno bastante complejo que implica que laboratorios de todo el mundo manden muestras a la Organización Mundial de la Salud, con los virus detectados entre octubre y abril.

La OMS luego da las cepas de referencia a laboratorios para la producción de la vacuna y la aplicación en los meses previos a invierno según corresponda en cada hemisferio.

Las variantes del SARS-CoV-2

Precisamente la OMS tiene la mirada puesta en las variantes que se han propagado rápidamente, desplazando incluso …