Inicialmente, Assassin's Creed, el original de 2007 que debutó para PlayStation 3 y Xbox 360, no iba a tener misiones secundarias. Esto fue hasta que el hijo de Yves Guillemot, CEO de Ubisoft, lo jugara por primera vez y creyera que era algo aburrido. Debido a esto, sus desarrolladores solo tuvieron cinco días para implementar una serie de objetivos secundarios que le darían al jugador otras cosas por hacer además de la historia principal.