El lago Nyos se cuenta entre uno de los desastres naturales que más muertes ha causado de una sola vez. Y lo peor de todo es que su efecto es inodoro, invisible y muy rápido. Esta es su historia.
1.800 personas y más de 6.000 cabezas de ganado. Estas son las muescas en el cinturón que el terrorífico lago Nyos, en Camerún, se anotó en un cálido día de agosto de 1986. ¿Y cómo hace un lago para matar tantas vidas? No, no hubo ninguna inundación. Las aguas no arrastraron ni ahogaron a nadie. Tampoco provocaron ningún derrumbamiento o movimiento sísmico. ¿Entonces? El arma del delito fue el dióxido de carbono. Toneladas de dióxido de carbono que asfixiaron sin remedio a todos los seres vivos de los alrededores. Así es cómo ocurrió.
Nyos, un lago volcánicoEl secreto de su letalidad se encuentra en su naturaleza: el lago Nyos es un lago de origen volcánico. Bajo sus aguas y su superficie se encuentra un antiguo volcán inactivo, enorme. De hecho, Nyos es solo uno de los varios maars, lagos formados tras la explosión volcánica que existen en el campo volcánico de Oku. Pero, aunque inactivo, el volcán se extiende 1.600 kilómetros y no permanece dormido del todo. Así, bajo la superficie de Nyos, hundido en la profundidad, la lenta y perezosa actividad del volcán produce gases que se filtran hacia la superficie de la tierra y se disuelven en el agua. El agua, más caliente se mantiene en la parte de arriba …