Desde el primer tráiler con el que Hideo Kojima nos reveló Death Stranding, el juego inmediatamente fue catalogado como uno de los más extraños, raros e incomprensibles proyectos del desarrollador japonés. Al parecer, no fuimos los únicos en sentirnos así, pues incluso el propio Norman Reedus tampoco sabía muy bien en qué estaba trabajando.