Publicado por: El Espectador
Publicado en: 13/12/2016 07:41
Como trabajan con datos y realizan operaciones matemáticas, impera la idea de que los algoritmos son objetivos y neutrales, pero pueden reproducir sesgos y prejuicios humanos: a veces sus resultados están impregnados de machismo, racismo o información no veraz.Servicios de imágenes que etiquetan como gorilas a personas de raza negra, anuncios de puestos de trabajo de alta cualificación que se muestran más a hombres que a mujeres, predicciones de reincidencia criminal que castigan el doble a la población afroamericana, propagación de noticias falsas o posicionamiento de páginas antisemitas son algunos ejemplos de estos sesgos.Un algoritmo es un programa de software que funciona a partir de unos datos y sigue unas instrucciones determinadas para hacer algo.Así trabajan el buscador de Google -que destaca unos resultados de búsqueda sobre otros-, el muro de Facebook -que determina el orden en que aparecen las publicaciones- o las recomendaciones de compra de Amazon.Los algoritmos se utilizan en medicina, en procesos penales, en investigación policial, en concesión de hipotecas o en procesos de selección de personal. La industria tecnológica defiende que la actividad algorítmica está libre de desviaciones, pero es una afirmación incorrecta.Los algoritmos los programan seres humanos subjetivos y funcionan con datos que no siempre son veraces ni representativos de la realidad."Los algoritmos pueden generar resultados sesgados en función de distintos factores tales como su diseño e implementación y los datos que utilizan. La información con la que funcionan puede contener prejuicios o sesgos", explica a Efe la investigadora de la Universidad de Nueva York …