Poner un gato hidráulico para cambiar una llanta parece sencillo, pero si lo haces mal, podrías dañar la carrocería de tu coche o, peor aún, ponerte en peligro. No se trata solo de levantar el vehículo, sino de hacerlo en el lugar correcto, en el momento adecuado y sobre la superficie adecuada. Aunque la mayoría lo ha intentado, pocos saben cuál es el procedimiento correcto. Pero no te preocupes, estás a punto de conocerlo.
Todo comienza con un imprevisto. Imagina que mientras manejas de pronto escuchas un golpe seco. La dirección se siente extraña. Te orillas, bajas, y sí: llanta ponchada. En ese momento no importa si sabes o no de autos, lo que importa es saber qué hacer. Y aunque muchos creen que solo es cuestión de sacar el gato y darle vueltas, hay varios pasos clave que podrían evitar accidentes.
Lo primero es elegir bien dónde detenerte. El terreno debe ser firme y plano. Nada de pasto, tierra suelta o coladeras. El lugar más seguro es un estacionamiento, pero si vas en carretera, busca salidas o acotamientos amplios. El gato no funciona bien si el suelo se hunde o si el auto queda inclinado. Si eso pasa, el vehículo puede caerse en cuanto levantes más de la cuenta.
Con el coche detenido, el motor apagado y el freno de mano activado, necesitas asegurarlo. Si tienes un ladrillo o una piedra cerca, ponlo debajo de la llanta contraria a la que …