Sé perfectamente bien que para la mayoría de las personas, el tema del entretenimiento es algo que sólo sirve para matar el tiempo a pesar de que en muchas ocasiones, las obras que consumimos por puro gusto, son las que terminan definiéndonos como personas. Cuando tenía 11 años, un par de mis amigos me recomendaron leer una novela llamada Harry Potter, de la cual, sabía prácticamente nada. Un par de capítulos me fueron suficientes para darme cuenta de que estaba frente a algo verdaderamente especial que desde ese momento, formaría parte importante de mi vida. Lo anterior se acentuó cuando un poco más tarde, las creaciones de J.K. Rowling llegaron a la pantalla grande en donde por supuesto, se convirtieron en todo un fenómeno.