El Efecto 2000 causó estragos. Menos a Apple. En otras empresas tecnológicas, el miedo al colapso era real. Aunque más que un pavor era incertidumbre: ¿y si todo falla, y si la tecnología deja de funcionar? ¿Qué será de todas esas máquinas de soporte vital, la pila de los marcapasos o los relojes que controlan presas hidráulicas o centrales eléctricas? Por suerte, no paso nada. O casi.
Qué fue el efecto 2000
En la práctica, el Efecto 2000 se resume en lo siguiente: las máquinas de poca memoria, al resetear su contador de dos dígitos, sufren una especie de reinicio creyendo que pasan de 1999 a 1900. Fallos sistémicos provocados por un reloj mal calibrado. Para colmo, el año 2000 era bisiesto, así que todo lo anterior convivía con el miedo de que algunos equipos no reconocieran esta variable.
Y aunque en la práctica el tejido social ni se inmutó y la mayoría de ciudadanos no tuvimos constancia de cambio alguno, varias entidades bancarias, equipos antiguos y miles de móviles borraban datos antiguos, sobreescribiendo sobre lo nuevo sobre lo viejo. La DGT anunció que los parquímetros de varias ciudades sufrieron fallos y 30 millones de tarjetas dejaron de estar operativas en el Espacio Económico Europeo. Hasta un buen puñado de reactores nucleares sufrieron un apagón temporal.
En Magnet
Sí, el Efecto 2000 fue un peligro real y estuvo a punto de …