El personaje de Darth Vader se ha convertido en un icono sobre el bien, el mal y la redención no sólo en la saga Star Wars sino también en la cultura del cine. Las razones no sobran: no solo fue el villano más temido de la historia sino también, protagonizó uno de los momentos más dolorosos del gran desenlace en el Regreso del Jedi. Unas cuantas décadas después, la gran pregunta alrededor de The Rise Of Skywalker es inevitable: ¿sucederá con Kylo Ren, su nieto y gran admirador? ¿O en realidad Kylo no necesita redimirse en realidad?
Kylo Ren/Ben Solo (interpretado por el actor Adam Driver) es uno de los personajes más controvertidos de la reciente trilogía Star Wars. Criticado por sus en apariencia infantiles estallidos de carácter, falta de propósito y, al final, su extraña combinación de vulnerabilidad y poder.
Pero sobre todo Kylo representa un tránsito espiritual e intelectual que Anakin Skywalker atravesó en pantalla sin tanto éxito y que se convirtió en uno de los puntos más flojos de la trilogía que cuenta de su trágica caída al lado oscuro. Ya fuera por la inexperiencia del actor Hayden Christensen o por baches en el guion, el desarrollo del personaje suele considerarse incompleto e incluso, un pálido reflejo de la figura imponente y maligna que nos presentó la primera gran trilogía Star Wars (que cronológicamente sería la segunda) en pantalla grande.

Presentado en Star Wars: Episode VII — The Force Awakens (J.J. Abrams — 2015) como un antagonista conflictivo que …