Hoy se cumplen 30 años de la publicación del tercer disco de estudio de Metallica, Master of Puppets, un gran impulso para que la banda se convirtiese en el mastodonte del rock duro que es hoy en día.
"¡Master! ¡Master!" Impacta cuando escuchas esa palabra repetida y gritada por 50.000 personas en un concierto de Metallica, especialmente por esa pequeña pausa y silencio que hay entre una y otra. Es la llamada de uno de los estribillos más icónicos del heavy metal y de una de las caras más comerciales del thrash metal. "Master of Puppets" no es solo uno de los hits de Metallica, es también una declaración de intenciones, una crítica a una sociedad manejada por unos hilos que vienen de la política y de la economía. Y justo esos hilos son los que se unen a las cruces de las tumbas que refleja la portada del álbum, que justo hoy cumple 30 años en el mercado:Incluye 'solo' ocho canciones, algo normal en el thrash de la época (no hay más que repasar el Hell Awaits de Slayer, Peace Sells... but Who's Buying? de Megadeth, Spreading the Disease de Anthrax o Bonded by Blood de Exodus; otros referentes del género y coetáneos a Metallica), pero la diferencia es que en Master of Puppets James Hetfield y Lars Ulrich, principales compositores del trabajo, decidieron seguir la estela marcada en Ride the Lightning (1984), es decir, canciones que no fueran un mero puñetazo de rabia y velocidad condensadas en poco …