En el experimento, lo único que causó la tierna mirada asociada al sentimiento de culpa, fue la reprimenda de sus dueños, mas allá de si, efectivamente, habían cometido la travesura o no.
Para una persona que ha estado rodeada de perros durante una buena parte de su vida, interpretar su lenguaje corporal no es un proceso muy complejo. Sin embarg… Seguir leyendo...