La llegada del Mac mini supuso para Apple una ofensiva total al mercado de PCs, buscando a los indecisos que aún no se atrevían a probar las bondades de los Mac. Hay quien dice que Steve Jobs en aquel momento no era muy partidario de un modelo así, pero era necesario un dispositivo que atrajera miradas desde otros ángulos - sobre todo de cara a la transición a Intel desde PowerPC que iba a anunciarse ese mismo año.
El Mac mini rápidamente se convirtió en uno de los modelos más apetecibles por precio para quienes merodeaban por el perímetro del mundo Apple. Aquellos que no se atrevían a dar el paso eran rápidamente cautivados por la llegada de Intel y la posibilidad de la instalación de Windows - pero también porque no tenían que comprometer nada de lo que tenían en casa: su monitor, teclado y ratón servían.
La pregunta recurrente que personalmente me hacían con el lanzamiento del Mac mini original en 2005 era siempre la misma: "¿Que puede hacer un Mac 'normal' que no haga un Mac mini?". Porque aquel pequeño dispositivo no parecía un Mac normal: era algo pequeño, que muchos comenzaron a asociar con "reducido en características". Su regreso triunfal en 2018 y la llegada sobre todo de Apple Silicon a final de 2020 le dio no sólo una nueva vida, también una nueva perspectiva.
Con la llegada de los M2 a esta gama, creo que la pregunta …