Hasta ahora, los materiales de impresión 3D son muy limitados. Los ultrasonidos aplicados en impresoras 3D tradicionales pueden tener la solución.
La tecnología de impresión 3D avanza lenta pero a ritmo constante. Recientemente hemos visto como las cámaras de smartphones pueden convertirse en escáneres 3D, que pueden resultar esenciales para modelado 3D y posterior impresión. También hemos hablado sobre la importancia de la impresión 3D en el ámbito médico, particularmente en cómo ayuda formando a futuros cirujanos en partes sensibles como la oreja. El problema de todo ello sigue siendo, años después, los materiales de impresión 3D son bastante limitados, reduciéndose a algunas variantes del plástico. Y según parece, en la Universidad de Bristol pueden tener la solución para flexibilizar los requisitos.
Gracias al uso de ultrasonidos, impresoras 3D tradicionales serán capaces de imprimir materiales compuestos, que como sabemos tienen una gran resistencia en comparación con plástico tradicional, y es por ello que algunos como la fibra de carbono se utilizan allá donde se requieren materiales muy ligeros, pero muy duros. Eso se consigue gracias a los fuertes enlaces de las fibras.
El invento de los investigadores de Bristol consiste en usar ultrasonidos para imprimir polímero líquido mezclado con fibras minúsculas, que puede ser dirigido con un inyector. El problema se da al intentar controlar las fibras en los patrones necesarios para generar las uniones que producen la fortaleza superior. Con las ondas ultrasónicas se consigue que las fibras sigan un patrón a través de un campo de fuerza en el plástico líquido. …