La inteligencia artificial ha venido para quedarse, y poco a poco está llenando más aspectos de nuestra vida cotidiana, prácticamente sin que nos demos cuenta. Netflix, Microsoft, Google o Amazon lo utilizan en sus productos con los que interactuamos constantemente. Y los «chatbots», pequeños programas automatizados para seguir una conversación, están entrando en el aula.
Y no sólo está afectando sólo al mundo digital, sino que también lo hace en otros ámbitos más tradicionales como la enseñanza. Y no estamos hablando sólo de que la robótica, la programación o la inteligencia artificial se hayan convertido en asignaturas comunes en los colegios y universidades, sino que estas tecnologías están afectando al propio sistema educativo.
Hace unos meses hablábamos de Lola, el «chatbot» de la universidad de Murcia que ayuda a los nuevos alumnos. Fue capaz de responder más de 38.000 dudas de 4.000 alumnos en sus primeros días activo, sobretodo relacionadas con las notas y procesos de inscripción.
Ahora el foco recae en el propio aula, sobre la utilidad de la Inteligencia Artificial y los «chatbots» situados entre profesor y alumno. Si hace unos meses hablábamos del «skill» de Alexa de ABA English para practicar inglés conversacional desde cualquier altavoz equipado con el asistente de Amazon, por qué no puede ocurrir algo parecido dentro de una clase, donde los estudiantes pueden interactuar con una inteligencia artificial para repasar, consultar dudas, igual que ocurría en la película de Steven Spielberg «Ready Player One».
La pregunta es si los robots podrán sustituir a …