Ya hemos escrito en semanas anteriores sobre cómo el auge de ChatGPT pilló con el pie cambiado a la industria de la IA china, la supuesta potencia emergente en este campo tecnológico. "¿Por qué no hemos sido nosotros los primeros?" parecía ser la gran pregunta sobre la mesa…
…e inmediatamente anunciaron que se estaban poniendo las pilas, y trabajando en el inminente lanzamiento de grandes modelos de lenguaje capaces de rivalizar con el de OpenAI. Si alguien parecía ser capaz de seguirle el ritmo, eran ellos.
Sin embargo, algo pasó. Por un lado, el Partido Comunista Chino anunció a mediados de febrero que iban a empezar a vigilar de cerca estos modelos en desarrollo para evitar que ofrecieran a los usuarios respuestas sin censura (Internet está fuertemente censurado dentro de las fronteras chinas)…
…y por otro, tan sólo un mes después, el primer vistazo al chatbot ERNIE de Baidu —el más avanzado y prometedor de los proyectos en marcha, lanzado por una compañía con larga experiencia en IA— resultaba ser una decepción monumental y provocaba la caída de las acciones de Baidu.
"¿Eso es todo?" fue el comentario general en las redes sociales chinas después finalizar el evento: sólo una demo preparada, sin plazos, etc. Sin embargo, con la perspectiva del tiempo, es muy posible que la primera noticia tuviera mucho que ver con la segunda… pues parece que los chatbots chinos deberán cumplir a partir de ahora con una serie de normas férreas que pueden obligar a rehacer parte …