La inteligencia artificial ha llegado a las aulas y ha destapado una curiosa situación: mientras los profesores piden a sus alumnos que no usen ChatGPT para sus tareas, ellos mismos están sacando partido a estas herramientas para su trabajo diario. Y es que la doble moral está servida cuando se prohíbe a los estudiantes utilizar lo que los docentes ya aprovechan sin reparos. Vamos, que la tecnología corre más que las normas y debates éticos que intentan ponerle límites.Según Futurism, esta contradicción es evidente en Estados Unidos, donde numerosos profesores utilizan sistemas de IA para corregir exámenes y preparar clases mientras prohíben explícitamente a sus alumnos usar herramientas similares para sus deberes. Esta disparidad ha generado frustración entre los estudiantes norteamericanos, quienes califican la situación de profundamente injusta.El dilema ético que divide a educadores y alumnosSegún revelan varios estudios citados por la fuente, cerca del 50% de los estudiantes estadounidenses considera hipócrita que los profesores aprovechen la IA para ahorrar tiempo en correcciones mientras les prohíben emplearla en sus trabajos. El artículo recoge testimonios de alumnos indignados por lo que consideran un claro "haz lo que yo digo, no lo que yo hago" de sus educadores.Los datos muestran que muchas herramientas como Gamma AI son utilizadas por profesores para automatizar tareas rutinarias, desde la generación de materiales didácticos hasta la corrección de pruebas básicas. Estas aplicaciones permiten simplificar el trabajo administrativo y liberar tiempo para la interacción educativa, según argumentan quienes defienden su utilización."Tenemos credenciales y másteres", justifica un profesor …