La cueva de Bruniquel (Francia) alberga construcciones realizadas por neandertales hace 175.000 años, según un estudio publicado en Nature.
Las estructuras demuestran que nuestros antepasados presentaban mayor "complejidad social" de lo que se creía.La entrada, un agujero del tamaño de la madriguera de un conejo, no permitía adivinar lo que se encontraba en aquella cueva. Al sudoeste de Francia, el pueblo de Bruniquel albergaba uno de los mayores tesoros de la historia de la evolución humana. Fue en 1990 cuando un aficionado a la espeleología, miembro de la sociedad de Caussade, escarbó en las entrañas de la tierra. Así fue como descubrió la cueva de Bruniquel, una cavidad de medio kilómetro, en la que se escondía una auténtica riqueza paleontológica.
Las estructuras descubiertas en Bruniquel, junto con los restos de fuego, demuestran una "construcción intencional y compleja"
El miembro de Caussade no esperaba encontrar lo que vio cuando levantó la tapia que se había depositado de forma natural hace miles de años a la entrada de la cueva. Y, sin embargo, allí estaba la cavidad majestuosa, amplia y protegida de las inclemencias del tiempo y de la entrada de animales o seres humanos. La cueva de Bruniquel, con restos de huesos que serían analizados en 1992, contaba en sus paredes con arañazos de osos que pudieron entrar en ella antes de que se cerrara su oquedad. Pero lo más sorprendente de la gruta se encontraba a sólo trescientos metros de la entrada. Un estudio, publicado hoy en Nature, ha revelado los …