El vídeo 4K va a ganar en la carrera en el largo plazo, pero el dilema de lo suficientemente bueno, que actualmente se vive en el lado de la resolución 1080p, parece hacer difícil que sí llegue de un día para otro.
Antes de la llegada del vídeo en 8K, el vídeo en 4K empezará a reinar, previsiblemente, cuando los televisores de esa resolución copen toda la gama media, haya contenido suficiente, y sobre todo, los medios para reproducirlo se abaraten. Este año han comenzado a aparecer los primeros contenidos en soporte físico, el Blu-Ray 4K HDR, y sin duda llegará pronto otro impulso, las consolas de seminueva generación, la Xbox One S, y la todavía no anunciada pero confirmada Playstation Neo o Playstation 4K. El triunfo del vídeo en 4K es inevitable, pero su implementación puede ser más lenta que en otras generaciones.
En primer lugar, es necesario huir de la falacia de que el vídeo 4K no supone un gran avance sobre el vídeo en alta definición (1080p). En cuanto a cantidad de píxeles, supone multiplicar por cuatro. El vídeo en alta definición supuso multiplicar por 6 la cantidad del DVD. Es decir, el avance existe y es muy grande. La diferencia respecto a anteriores generaciones es que la mejoría no será tan perceptible por todos. En primer lugar, por una cuestión física y de óptica, que se puede ver en el cuadro añadido a continuación.
Grafico que te ayudará a averiguar la distancia óptima que debes tomar a la hora …