Brasil se ha convertido en el nuevo campo de batalla de la industria automotriz global. El país sudamericano recibe una gran cantidad de autos eléctricos provenientes de China y no todos están contentos con eso. Según un reporte de Reuters, el barco BYD Shenzhen, el mayor buque transportador de vehículos del mundo con capacidad para 20 campos de fútbol, realizó su viaje inaugural a Brasil a finales de mayo y desembarcó con miles de autos eléctricos en el puerto de Itajaí, en el estado de Santa Catarina.
Ese mismo barco también representa una ofensiva comercial sin precedentes por parte de BYD, el principal fabricante chino de vehículos eléctricos e híbridos enchufables. De acuerdo a Reuters, ese fue el cuarto envío del año desde China a Brasil con aproximadamente 22,000 vehículos solo en los primeros meses de 2025.
Precios bajos y aranceles suaves
BYD y otros fabricantes chinos ahora aprovechan una ventana legal. Brasil actualmente aplica un arancel del 10% a los vehículos eléctricos importados, muy por debajo del 45.3% de Europa o el 100% que impone Estados Unidos. Eso genera un “efecto imán” que convirtió al país en un objetivo prioritario para el crecimiento chino.
Según EVXL, el arribo masivo de vehículos BYD también provocó reacciones en la industria automotriz local, que teme una “inundación” de modelos baratos que podrían desplazar la producción nacional.
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