Es una sensación un tanto irreal, difícil de explicar al hecho de tener dos pequeños aparatos en los oídos, independientes uno del otro, que prácticamente no se siente que están ahí, con los cuales puedo aislarme del mundo cuando yo quiera con un poco de música, mantener llamadas de voz o con los cuales puedo interactuar con mi smartphone, que no sale del bolsillo.Se siente como el futuro cuando abro ese estuche blanco, tan pequeño que no se nota que está en mi bolsillo, para sacar o guardar esos pequeñísimos auriculares. La vida con los AirPods es un poco como Her de Spike Jonze, un paso más hacia una nueva forma de interactuar con la tecnología. Un poco más íntima, menos intrusiva, un tanto más invisible, un poco más cómoda, un poco más práctica.
Los AirPods son la propuesta de Apple para auriculares sin cables, ni siquiera entre ellos. El resultado es una especie de milagro técnico y uno de los mejores ejemplos en muchos años de lo que la compañía es capaz de lograr. Es la mejor forma de ejemplificar lo que la innovación realmente es y cómo un producto que ha hecho poquísimo ruido en medios o en la opinión pública será determinante para el futuro de nuestro mundo post PC.
Soy un entusiasta del sonido. He probado y he comprado decenas de auriculares de todo tipo. Tal vez antes era un producto limitado únicamente a, sobre todo, escuchar música, pero ahora son un accesorio importantísimo en nuestras …