La llegada del soporte SSD para la Raspberry Pi 5 marca un hito importante en la evolución de este popular SBC (siglas en inglés de 'ordenador de placa única'), que con cada nueva versión se acerca más a las capacidades de un mini PC convencional.
Desde su lanzamiento, las Raspberry Pi han tenido una gran acogida entre desarrolladores, educadores y 'geeks' en general. Con esta última actualización que permite el uso de SSD de alta velocidad, la Raspberry Pi 5 se consolida como una opción versátil que trasciende los límites de los proyectos educativos, abriendo la puerta a usos más exigentes, como la multimedia o el gaming básico.
Para quienes buscan mejorar el rendimiento de sus Raspberry Pi 5, especialmente en aplicaciones que requieren acceso frecuente a datos, como el desarrollo de software, el gaming o la creación de servidores locales, la inversión en una SSD oficial representa un salto notable en velocidad y estabilidad.
Un cambio revolucionario en almacenamiento y rendimiento
Hasta la llegada de la Raspberry Pi 5, su opción de almacenamiento predominante eran las tarjetas microSD que, aunque económicas, limitaban el rendimiento y la velocidad de respuesta de estos miniordenadores. Las SSD, que ya eran compatibles de forma indirecta mediante adaptadores no oficiales, son ahora una alternativa con soporte de la Fundación Raspberry, una alternativa significativamente más rápida y estable.
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