No cabe duda alguna que una de las series televisivas del momento, y que previsiblemente será un referente para varias temporadas, recordemos que acaba de renovar para una segunda temporada debido al éxito que ha tenido, es Westworld, emitida en HBO, producida por Christopher Nolan y Lisa Joy con el apoyo de J.J. Abrams e inspirada en la película del mismo nombre que el novelista Michael Crichton rodó en 1973.
Las buenas historias no se componen sólo de peripecias, sino también de los viajes interiores de sus personajesPero, para que una serie enganche a los espectadores y se convierta en un éxito, no basta con que se sirva de la reputación de cineastas valorados en sus campañas publicitarias, ni de la ganada por los estudios que ya nos había brindado producciones como Six Feet Under (Alan Ball, 2001-2005), The Wire (David Simon, 2002-2008), Game of Thrones (David Benioff y D.B. Weiss, de 2011 a la actualidad) o The Leftovers (Damon Lindelof y Tom Perrota, desde 2014), ni tan siquiera de una premisa atractiva: requiere también unos personajes con fuerza y profundidad capaces de atraparnos en el desarrollo de sus vicisitudes e incluso de convertirse en nuestros preferidos.
Si bien es cierto que lo que hemos visto emitido de Westworld puede considerarse poco para una evaluación justa en este sentido, pues a sus personajes aún les falta mucho que demostrar, sí podemos decir que apuntan maneras y tienen los mimbres adecuados para acabar resultando fascinantes. Pero esto es de lo más …