El frío no solo cala en los huesos, también impacta el cerebro y el estado de ánimo. Desde reacciones neurológicas hasta cambios en la conducta, las temperaturas bajas pueden desencadenar efectos invisibles pero reales sobre la salud mental. Descubre por qué el invierno puede ser más desafiante de lo que crees, incluso a nivel emocional y cognitivo.