La televisión ha dejado de ser aquella «caja tonta» que se daba por hecho hace décadas y que, en el imaginario colectivo, era la ventana al mundo. Con la llegada de internet y los avances en nuevos materiales y diseños, las «
smart TV
» ya forman parte de los hogares de millones de consumidores. Su elección, sin embargo, es una tarea difícil, que requiere de un parón reflexivo y hacerse algunas preguntas al respecto.Más que nada porque en el mercado existen infinidad demodelos distintos de muchos fabricantes, demasiadas gamas y tipos, configuraciones que para el común de los mortales les puede sonar a chino, precios para toda clase de bolsillos. Las principales marcas, además, suelen renovar su catálogo cada año. Lo hacen bajo la promesa de «esto es lo mejor que hemos hecho nunca». Puede que sea así, pero no siempre lo último es lo mejor. Es cuestión de no apresurarse y saber elegir bien un producto, muchas veces de precios altos, que está condenado a tener una cierta durabilidad. Pocos están dispuestos a cambiarse de «tele» cada año. Muchas veces se puede pagar el «pato» de ser el primero en adquirir un producto salido del horno tecnológico.
Esta última temporada ha dejado una tendencia clara, la mejora sustancial de la imagen, aparanco con ello los diseños atrevidos de otras épocas como los «curvados». La definición 4K o Ultra Alta Definición (UHD) es el estándar de imagen a perseguir por la industria, pero en muchas ocasiones están condenadas a …