Verano de 1904 en una casa de campo al norte de Berlín. Durante las últimas semanas se había corrido el rumor de que allí tenía lugar un espectáculo inaudito. A las doce en punto de la mañana el profesor retirado Wilhelm von Osten salía con su caballo Hans para demostrar las habilidades extraordinarias del animal. Hans, además de correr al galope, podía sumar fracciones, contar personas, reconocer imágenes o incluso decir la hora. Su historia cambio la forma en la que la ciencia analiza los resultados.Read more...