Al igual que con ciertos partidos de fútbol, en materia de seguridad informática también se suele emplear la fórmula «el mayor»; que va seguida de: ataque /«hackeo» o robo de datos, y generalmente suele ser una apreciación absolutamente cierta, no una exageración para conseguir atención.
Hoy día asistimos a un curioso «efecto Darwin»; evolutivo en cuanto a ataques relacionados con la seguridad informática. Lo que hoy nos sorprende, es seguro que será superado de aquí a un mes, y dentro de un año, lo veremos como algo inocente y pensaremos ¡cuanto han cambiado las cosas! (a peor).
El ataque que hoy ocupa portadas, comentarios y mucha atención mediática efectivamente hay que atribuirle un mérito evolutivo con respecto a lo que veíamos hasta ahora. Si tomamos como ejemplo otro incidente relacionado con «ransomware» acontecido hace dos años aproximadamente, un email que se envió masivamente suplantaba a Correos y con la sencilla fórmula de: «Usted debe ir AQUÍ (enlace a una web fraudulenta) porque tiene un paquete pendiente de entrega, consiguió un récord de infecciones, y muchas empresas y particulares les tocó pagar para recuperar sus datos.
Ese «éxito» anterior provocó una ola de concienciación y de contra-medidas por parte de las empresas para mitigar este tipo de infecciones por lo que ese mismo esquema, aún en vigor y utilizado por muchas «familias» de «ransomware», ha perdido ese efecto sorpresa y por tanto limitado su capacidad para conseguir equipos infectados.
El «ransomware» del que toca hablar hoy, ha dado un paso …