El aislamiento social al que nos llevó la pandemia también trajo mucho teletrabajo, mucho ocio digital (así crecieron las plataformas de streaming) y muchas videollamadas a través de diversas plataformas. Ahí surgió un término nuevo que era la fatiga por Zoom o "zoomfatigue" de la que incluso el fundador de esta empresa habló.

Todo esto ha llevado a investigadores a estudiar formas en las que estos cambios en el trabajo nos pueden afectar. Hace unos días ya nos hacíamos eco de que se calcula que en los ejecutivos dedican una media de casi 23 horas a la semana en ellas, lo que sería más de la mitad de una jornada laboral estándar. Y que evitando muchas de esas llamadas y sustituyéndolas por un mail ganamos en salud y tiempo.

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Ahora un estudio conjunto de las universidades de Columbia y Stanford, de Estados Unidos, y publicado en la revista Nature, dice que las videollamadas matan la innovación. Y es que "pensar conjuntamente en nuevas ideas online son menos efectivas que las presenciales". Cuando estamos en una videolllamada nos centramos más en el interlocutor y divagamos menos.

La comunicación a través de la pantalla

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