Sólo las composiciones y la voz de los músicos más importantes pueden prodigarse tanto en películas y series de televisión como lo han hecho las de Leonard Cohen.
Cuando la Academia Sueca tomó la extraña decisión de otorgarle el Premio Nobel de Literatura al icónico cantautor estadounidense Bob Dylan, desatando una esperable y justa polémica, hubo quien lo consideró una excentricidad indignante que agraviaba a los literatos de carrera que estaban aguardando su momento, quien lo celebró con júbilo y quien pensó que, si querían galardonar a un músico que de veras fuese además un poeta estimable, tendrían que haber escogido al canadiense Leonard Cohen. Pero, al ser preguntado por la decisión de la Academia Sueca, él mismo respondió: “El premio Nobel a Dylan es como ponerle una medalla al Everest, a la montaña más alta”. Y se quedó tan ancho.
Las canciones de Leonard Cohen le sobrevivirán también en el cineCerca de un mes más tarde, Cohen ha muerto a los ochenta y dos años; y ahora los hay que reconocen lo conveniente que habría sido darle el Nobel en lugar de a Dylan, que disponía de más tiempo para recogerlo. Pero se trata de una ocurrencia a toro pasado y de nada nos sirve. Lo único que sabemos es que los versos y las canciones de Cohen le sobrevivirán, estas últimas no sólo por ellas mismas, sino también porque el cine ha contado con ellas en multitud de ocasiones.
A pesar de que estuvo presente en el celuloide desde …