Nuestra percepción subjetiva de un edificio puede ocultarnos su verdadera belleza, el trabajo de Tobias Gawrisch nos ayuda a darnos cuenta de esto.
La arquitectura es un arte milenaria tan trascendental que no existe ser humano que no sea capaz de apreciar la belleza expresada en una obra funcional y hermosa a la vez.
Mientras la sociedad avanza, uno de los ámbitos más beneficiados por este progreso es el de la arquitectura. Cada periodo histórico cuenta con su estilo propio, producto de la cultura del lugar determinado al que pertenezca.
Las edificaciones no son simples objetos inanimados que cumplen un propósito, sino que reflejan la voluntad y el talento de un arquitecto, pero sobretodo, representan una forma de expresión puramente humana, atada intrínsecamente con el estado de ánimo de la humanidad.
Con solo imaginarme el trabajo que toma edificar algo como esto, me comenzó a doler la cabeza.
La huella dactilar de la humanidad en total es constituida por los edificios que construyamos. Además de la inevitable extinción que tarde o temprano causaremos en este planeta, el registro material humano consiste mayoritariamente en construcciones épicas.
El fotógrafo Tobias Gawrisch ama fotografiar este tipo de estructuras con el objetivo de capturar su belleza de la manera más espectacular. Con esto en mente, pasea por toda Alemania y otras localizaciones europeas, buscando el ángulo perfecto para crear una imagen increíble. Su dedicación y pasión tanto por la fotografía como por la arquitectura son innegables.
Sus fotografías toman bastante trabajo. Tobias se obsesiona con capturar la luz con el más …