Lo echo de menos.
¿Quién no ha soñado alguna vez con trabajar en grandes compañías, con un cargo en el que le paguen a cambio de hacer algo que le fascina? Bueno, yo logré tener el trabajo de mis sueños durante algo menos de un año. Estas fueron las lecciones que aprendí en aquella etapa.
Soy Daniel, y aquel trabajo de mis sueños tuvo lugar en Gamela, que quizás a muchos no les suene demasiado, pero que seguro les resultará más familiar como "Nintendo en México". Ocurrió en el 2002, el año del Mundial de Corea y Japón. Los gamers estábamos emocionados con las llegadas de PlayStation 2, Xbox y GameCube, y Nokia dominaba la telefonía celular. Buenos tiempos.
En febrero de aquel año, cuando tenía 19 años, recibí una llamada de la jefa de marketing de Gamela. Obtuvo mi teléfono a través de un contacto en común, y me ofreció un trabajo que muy pocos gamers podríamos rechazar. Desde que tengo uso de razón juego a videojuegos, desde la época del Atari 2600. En ese momento estaba enganchado a mi GameCube. Y entonces, me ofertaron el empleo: ser gamer dentro de la empresa.Gamela era la distribuidora de los juegos de Nintendo en México, ponía sellos en sus productos para distinguirlos como "producto oficial" en el país. Allí entré a trabajar yo
Gamela no era Nintendo como tal, pero se encargaba de la distribución de sus juegos en México. Creó las revistas Club Nintendo y Nintendomanía, además de eventos y fiestas tematizadas …