Tesla vuelve a estar en el ojo del escrutinio público, una demanda por acoso en su fábrica de Fremont, en California, deja de nueva cuenta las malas prácticas que se realizan en contra de las mujeres, gente de otras razas, homosexuales y personas con diferentes ideologías religiosas o políticas.
Jessica Barraza fue contratada como asociada de producción durante 2018 y desde ese entonces ha vivido un constante acoso en el complejo, incluidos gritos y tocamientos físicos inapropiados.
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La demanda presentada en la Corte Superior de California alega que los supervisores y gerentes de la planta de Tesla no solo estaban al tanto de una “cultura generalizada de acoso sexual” que incluía lenguaje sexista y manoseos, sino que participaban en el comportamiento abusivo continuo.
Barraza informó los problemas al departamento de recursos humanos de Tesla, quien no la protegió.
Tesla y su reputación.
En octubre pasado se ordenó a la armadora de vehículos eléctricos que pagara 137 millones de dólares a un excontratista de la planta de Fremont quien alegó que había sido objeto de acoso racial como parte de un entorno de trabajo hostil.
La mala afinidad de la Tesla rebasa las fronteras, en partes de Europa, Asia y Oceanía, existe una mala reputación de la compañía, influido por la extravagante personalidad de Elon Musk, pero también por noticias de este tipo, según un informe de RAVE Reviews.Consecuencias.
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