La nueva ley europea de protección de datos ha puesto en riesgo a un pequeño ejército de firmas tecnológicas que rastrea a personas, y fortalecido a gigantes como Google y Facebook en una industria global de publicidad digital que alcanza los US$200.000 millones.
El Reglamento General de Protección de Datos (RGPD), aprobado por la Unión Europea en mayo, está diseñado para proteger la información personal y obliga a las páginas web a pedir el consentimiento de los usuarios para usar sus datos personales, entre otras medidas.
La habilidad de rastrear a los usuarios de Internet ha atraído a cientos de empresas que recogen los datos de usuarios de las páginas web -con o sin consentimiento del dueño de la misma página- para formar perfiles individuales de consumidores muy concretos.
RGPD plantea un reto a estos grupos, dado que ahora necesitan el permiso del usuario para recopilar sus datos. Aunque las páginas web a menudo solicitan este permiso en nombre de la empresa anunciadora, la incertidumbre sobre si cada uno de los enlaces lo hace o no, está empujando a algunas empresas a abandonar la Unión Europea por el miedo a incumplir la RGPD.
Las preocupaciones respecto al RGDP deberían, aun así, favorecer a Alphabet Google y Facebook, puesto que sus fieles clientes son más proclives a dar su consentimiento a la hora de entrar en enlaces, permitiendo a los gigantes estadounidenses seguir recopilando y analizando una enorme cantidad de datos que cumplen con el RGPD -algo por lo que los anunciantes pagan.
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