Este verano se cumple un año desde el inesperado anuncio de una nueva versión del sistema operativo de Microsoft, Windows 11, pocos años después de que la compañía asegurase que Windows 10 iba a ser 'la última versión de Windows', que a partir de ese momento se actualizaría mediante una política de 'rolling release' sin cambiar el número de versión de Windows. Microsoft intentó argumentar su repentino cambio de posición, pero a todos nos sonó un poquito a tomadura de pelo.
Si a estas alturas aún no te has actualizado a Windows 11 y te mantienes en Windows 10, procedamos a echar un rápido vistazo a las principales diferencias entre ambos, para que valores si te interesa emprender la migración. Ten en cuenta también que Microsoft ya nos ha sorprendido antes incorporando a Windows 10 algunas de las 'novedades' de su sucesor (como pasó con la implementación de DirectStorage, enarbolada en su momento como uno de los grandes atractivos de W11 para el público gamer).
La barra de tareas y el menú de Inicio
Sin duda, los mayores cambios entre ambas versiones de Windows (y los primeros que se perciben) afectan al aspecto de la interfaz de usuario. De primeras, la tradicional alineación de iconos a la izquierda de la barra de tareas (propia de Windows desde sus orígenes, no sólo en Windows 10) se transmuta en una novedosa alineación centrada.
En cuanto clicamos en el menú de Windows, las diferencias se acumulan: en primer lugar, destacan las esquinas …