Las llamadas fraudulentas en España han llegado a un punto crítico que está obligando a actuar a todos los implicados: desde el gobierno hasta las entidades bancarias y tecnológicas. El caso de ING puede marcar (al menos en España) un antes y un después, siempre y cuando no permanezca como una mera excepción
En España, las llamadas fraudulentas se han convertido en una plaga que amenaza tanto a ciudadanos como a instituciones. Las estafas telefónicas en España adoptan múltiples formas: desde falsos reclutadores que se hacen pasar por empresas como Indeed para ofrecer trabajos inexistentes, hasta llamadas comerciales persistentes que rozan lo abusivo.
Lo que antes era una molestia ocasional se ha transformado en una sofisticada red de estafas telefónicas que no sólo ha motivado a que el Gobierno legisle, sino que ya está obligando a que incluso a los bancos tomen medidas inéditas: ING Direct ha sido el primero en dar un paso al frente.
Así, ING ha lanzado una funcionalidad en su app bajo el nombre "¿Quién me llama?", destinada exclusivamente a sus clientes: el sistema permite reconocer automáticamente el número de teléfono con el que estamos hablando, y la app coteja si pertenece o no a un agente oficial del banco.
En caso afirmativo, el número se puede guardar como contacto de confianza. Si no lo es, nos sugiere denunciarlo como intento de fraude.
En Reino Unido, el banco digital Monzo ya había implementado hace un tiempo un sistema similar: cuando …