En 2022, científicos de la Universidad Rice, en Estados Unidos, usaron el término 'necrobot' para referirse a la creación de robots biológicos a partir de cuerpos sin vida de animales. Un estudio publicado en 'Advanced Science' describía cómo la autora principal del trabajo Faye Yap y Daniel Preston de la Escuela de Ingeniería George R. Brown de Rice aprovecharon la particular fisiología de una araña lobo para utilizarlas como herramientas mecánicas de agarre. Consiguiendo que fueran capaces de asir objetos hasta un 130% más que su propio peso y pudieran realizar más de mil ciclos de agarre, conservando precisión y estabilidad en el proceso. «Resulta que la araña, después de morir, es la arquitectura perfecta para pinzas de pequeña escala derivadas de la naturaleza», dijo Preston en un comunicado. Este fue un primer paso hacia la automatización y hacia una nueva área de investigación que denominaron 'necrobótica'. Desde entonces, se han ido estudiando sus aplicaciones, en especial, para realizar tareas pequeñas y precisas como la manipulación de componentes electrónicos como microchips. También se habla de su empleo en cirugías superficiales o cuando hay escasez de equipamiento médico y su camuflaje natural los hace ideales para tareas de recolección en la naturaleza. Al mismo tiempo hablamos de una robótica biodegradable y de bajo coste. « El aprovechamiento de propiedades y mecanismos similares a los generados por la naturaleza puede permitir sistemas de ingeniería con capacidades o ventajas completamente nuevas; e ste campo de investigación se conoce como diseño bioinspirado o biomimético …