Hace una semana, la Comisión Europea lanzó una consulta pública sobre una posible nueva legislación que obligaría a los proveedores de servicios de telecomunicaciones y digitales a conservar metadatos de los usuarios por un período "razonable y limitado".
Esta medida, destinada a apoyar investigaciones penales, ha despertado fuertes críticas por parte de defensores de la privacidad: denuncian que se trata de una forma encubierta de reintroducir mecanismos de vigilancia masiva que han sido previamente declarados ilegales por los tribunales europeos.
¿Qué son los metadatos y por qué importan?
Aunque muchas veces se minimiza su importancia, los metadatos —como direcciones IP, identificadores de dispositivos, registros de suscriptores y tiempos de conexión— pueden revelar información profundamente íntima. No es necesario conocer el contenido de una conversación para saber con quién se comunica una persona, con qué frecuencia, desde dónde, y en qué momento del día.
Al irse sumando tandas y tandas nuevos metadatos, éstos permiten trazar mapas detallados de hábitos, relaciones afectivas, creencias religiosas, afiliaciones políticas e incluso circunstancias médicas.
Los políticos llevan 15 años intentando sortear a la justicia
El Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) ha ido invalidando reiteradamente los sucesivos intentos de imponer la retención generalizada e indiscriminada de metadatos.
En una sentencia histórica de 2014, el tribunal anuló la Directiva de Retención de Datos de la UE por representar una "grave injerencia en los derechos fundamentales". Fallos posteriores, como uno de 2020, reafirmaron que solo pueden permitirse retenciones específicas, limitadas …