Definir qué es tecnología no es nada fácil. Podemos mirar sólo la parte física de los dispositivos, los servicios, los bits, los bytes, pero no seríamos justos si olvidamos para que sirve todo eso. Cuando alguien me pregunta por qué me gusta la tecnología recupero una vieja definición de internet: sirve para conectar a gente. Para que yo escriba sobre ésto y que vosotros me leáis desde cualquier parte del mundo, por ejemplo.
El caos es también parte de la vida de cualquier producto, y también de cualquier equipo que trabaje en un ambiente que cambia prácticamente a cada instante, a una velocidad como pocas áreas en la historia de la humanidad se mueven. Eso da lugar a problemas como por ejemplo los que está pasando Twitter con la llegada de Elon Musk: un cambio de aceleración y de mentalidad en un producto que usan millones de personas en el mundo. Se puede elogiar o criticar a Musk, pero la verdad es que no lo tiene nada fácil y eso hay que reconocérselo.
Los aprendizajes de Apple
En las crisis se tienen que tomar decisiones difíciles y precisamente el propio Steve Jobs abordó una situación similar a la de Musk cuando volvió a una Apple prácticamente en bancarrota a finales de los 90. Su forma de encarar el problema y lo que él mismo explicaba en ese primer año tan complicado, es uno de los temas que comento junto a Javier Lacort …