Ley humana: cada generación tiende a desafiar a la anterior. «Matar al padre» es una figura metafórica que empleaba Sigmund Freud que expresar el momento en el que las personas maduran, liberándose de la tutela de su progenitor. Así ha sido en la Historia; también en el efímero mundo de las redes sociales en donde todo cambia con demasiada rapidez. [Gráfico elaborado por Statista]

Antes de Facebook, la gran bola de fuego de internet, había otras redes sociales. La mayoría perecieron, pero dejaron una semilla tras de sí en la que crecer los flujos de las conversaciones digitales. Un desafío que ha marcado varias etapas; la compañía fundada por Mark Zuckerberg en 2004 nunca ha dado muestras de agotamiento. Solo en los dos últimos años ha experimentado una ligera ralentización. Una consecuencia lógica; los internautas son limitados.

STATISTA
Pero conforme extendían sus tentáculos, las nuevas generaciones de usuarios se han sentido desconformes con su presencia. Casi ningún usuario adolescente desearía compartir el mismo espacio con sus progenitores. Con lo cual, ese pequeño espacio de crecimiento lo han aprovechado otras redes sociales o servicios digitales diseñadas a cambiar los códigos en las relaciones. Lo hizo Instagram con su planteamiento rápido de la fotograría. La compró en 2012 y, ahora, es parte de su futuro porque allí se concentran los usuarios más jóvenes que dan de lado a su red social principal.

Y lo ha hecho Snapchat con su conversación efímera en la que lo intrascendente y volátil es la curva …