La productividad mejoró cuando cerraron las oficinas en 2020, y se mantuvo alta durante 2021. Cuando las empresas obligaron a los trabajadores a volver a la oficina el pasado año, se registró una caída de esta.
De acuerdo con un nuevo estudio de Fortune, todo esto nada tiene que ver con el llamado "quiet quitting" o renuncia silenciosa, la técnica de algunos empleados de hacer lo mínimo en su trabajo cuando están descontentos con sus condiciones laborales, pero aún así mantenerse para que no puedan despedirlos fácilmente.
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Parece ser que es la oficina la que desmotiva a la plantilla, contradiciendo así a grandes CEO como Elon Musk o Satya Nadella y sus opiniones al respecto. Los líderes empresariales comenzaron a preocuparse más por este tema en Estados Unidos cuando los datos gubernamentales sobre productividad publicados en agosto de 2022 mostraron una caída brusca e inesperada en el primer y segundo trimestres de 2022.
Al mes siguiente, Gallup publicó una encuesta que indicaba que hasta la mitad de los estadounidenses podrían estar aplicando su ley del mínimo esfuerzo (o renuncia silenciosa). Grandes directivos como por ejemplo Larry Fink, Consejero Delegado de BlackRock, atribuyeron la caída de la productividad al trabajo a distancia.
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