Durante años he luchado por llegar a un acuerdo y aceptar este nuevo conocimiento. A menudo, cuando me despierto en mitad de la noche, vuelven a aparecer imágenes terribles en mi mente. Recuerdo a Satan aspirando la sangre que brotaba de una gran herida en la barbilla de Sniff; al viejo Rodolf, por lo general tan sumamente bueno, de pie a punto de lanzar una enorme roca sobre el cuerpo postrado de Godi; o a Jomeo rasgando a tiras la piel del muslo de Dé; o Figan golpeando continuamente sobre el cuerpo tembloroso y malherido de Goliath, su ídolo en la infancia. Aunque tal vez lo peor fue recordar a Passion comiéndose la carne del hijo de Gilka, con la boca llena de sangre como si fuera un vampiro.Read more...