En los últimos días y semanas, hemos presenciado un salto cualitativo en las capacidades de los modelos de IA, especialmente con la llegada de los nuevos sistemas de razonamiento de OpenAI (o3 y o4-mini) y de sus competidores (como Gemini 2.5 Pro, de Google).
Estas nuevas versiones deslumbran con su aparente inteligencia general, su capacidad para resolver problemas complejos y su sorprendente habilidad para actuar como agentes autónomos. Sin embargo, esta sofisticación viene acompañada de un fenómeno inquietante: alucinan más que nunca y siguen fallando en tareas absurdamente sencillas.
Algunos expertos ya denominan a esto la 'AGI dentada', en referencia a la AGI (o 'IA general'), el próximo paso en la evolución de la IA... y a los 'altos y bajos' con que se manifiesta según la tarea que aborde.
Superpoderes en la nube: IA que hace lo que antes parecía imposible
Los nuevos modelos como o3 no solo entienden preguntas complejas, sino que las resuelven tomando decisiones autónomas, usando herramientas, accediendo a la web, escribiendo código, generando imágenes y organizando información —todo a partir de un único mensaje de texto.
En Genbeta
Una de las empresas que mejor usa la IA sufrió gravemente una IA que alucina: se inventó una respuesta mientras hacía de soporte
En resumen, estamos presenciando la superación de la tradicional figura del chatbot en favor de sistemas capaces de actuar por iniciativa propia para alcanzar objetivos complejos.
Un ejemplo sorprendente …