Corría el año 1998 y Apple no se encontraba en la mejor de sus etapas. Una concatenación de malas decisiones, egos encontrados, la marcha forzada de Steve Jobs y un rumbo que hacía tiempo que ni estaba ni se le esperaba, hicieron caer a la empresa a una situación insostenible. Después Jobs volvió y pasó dos años rediseñando la estrategia, pero un muerto así no se levanta en ese tiempo.
Las capitalizaciones bursátiles entonces no representaban lo mismo que en la actualidad, pero la de Apple rondaba los 5.000 millones de euros, 70 veces menos que ahora. Y sin visos de mejora. Fue entonces cuando apareció Telecom Italia, adalid en aquella Europa de los años 90 de las operadoras de telefonía, y pretendió incorporarla a su ya de por sí extenso portfolio de empresas. Finalmente, no fue posible... y hoy en una situación muy complicada.
De comprar a casi ser comprada
La historia de Telecom Italia es, cuanto menos, curiosa. Telefónica estuvo a punto de entrar como socia en el grupo en 2007, pero las relaciones se enfriaron. Su presidente por entonces, Guido Rossi, dimitió el cargo. En 2013, el giro fue total porque Telefónica volvió a la carga y puso sobre la mesa 800 millones. Sin embargo, TIM volvió a resarcirse.
Telecom Italia fue el resultado de una serie de fusiones y posteriores privatizaciones de, entre muchas otras, la Società Italiana per l'Esercizio Telefonico, que por aquel entonces tenían el monopolio …