Impresión artística de InSight en Marte. Frente a ella, a la izquierda, el sismógrafo; a la derecha en sensor de temperatura – NASA/JPL-Caltech
Hace unas semanas la NASA anunciaba la extensión de la misión de la sonda InSight en Marte hasta diciembre de 2022. Y aún mantenía cierta esperanza de seguir intentando desplegar correctamente su sensor subterráneo de temperatura, conocido como el «topo». Pero poco después, tras una última ronda de pruebas, lo daba definitivamente por perdido.
InSight, que lleva en Marte desde el 26 de noviembre de 2018, tiene como instrumentos principales el sismógrafo SEIS, de Seismic Experiment for Interior Structure, Experimento sísmico para estructura interior, y el sensor de temperatura HP3, de Heat Flow and Physical Properties Package, Paquete de propiedades físicas y flujo de calor.
Ilustración del «topo» – NASA/JPL-Caltech
El sismógrafo pudo ser desplegado sin problemas y a principios de febrero de 2019 ya estaba listo para empezar a funcionar. Aunquye un problema con su ensamblado olbigó a posponer el lanzamiento de la misiñón de 2016 a 2018. Pero el «topo» se encontró con un suelo con demasiada poca fricción como para conseguir introducirse bajo la superficie del planeta tal y como estaba previsto. El equipo de la misión intentó un montón de estrategias para lograrlo, y aunque en octubre de 2020 parecía que empezaban a lograrlo al final han tenido que darse por vencidos. No se usó un taladro «de toda la vida» porque la estructura necesaria para contrarrestar el par de giro de la …